Tic-tac. El tiempo, soberano
mundial, rey de los reyes absolutos,
único ser capaz que siempre mueve
la aguja del reloj y trae volando
sobre el oscuro viento de la noche
las pequeñas verdades que aún existen.
Su gran cara, expresiva, desvelada
de una estocada por la espada horaria,
enseña el melancólico paseo
que realiza por la vida que arrebata.
Y mudo y evadido de este mundo,
seguiré paseando contra el tiempo,
olvidando el camino por la vida
que el viejo espadachín deja a sus pies,
con la fija mirada al horizonte,
que se aleja del más cercano tiempo.
Tic-tac. Tic-tac. Tic-tac.
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