La luminosa luz de nuestro sol
que se resbala en mi salón despierto.
Me baña en oro y la recuerdo sola.
Voz suave y seseante susurraba
las palabras de amor de aquella noche
sola en la pista deseada entera
por mil y un ojos que miraban ciegos
ardiendo a cada uno de sus pasos,
tacones, minifalda, sudorosa,
creadora del infierno, tentación
de amar sólo una noche, de besar
una vez a la muerte en esos labios
y en las discos y pubs, juntos arder
en fuegos de pecados de una noche.
Haikú de los Poetas
Sólo el poeta
sabe hacer los milagros
como dios manda.
sabe hacer los milagros
como dios manda.
lunes, 26 de enero de 2009
Despierto
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