Haikú de los Poetas

Sólo el poeta
sabe hacer los milagros
como dios manda.

lunes, 26 de enero de 2009

La chica de agua

Hay en Salamanca un precioso rincón donde los enamorados van a declarar su amor a la persona amada y los poetas, a plasmarlo en papel. Ese mágico lugar es el Huerto de Calixto y Melibea. Un pequeño jardín sobre la muralla donde si una pareja entra odiándose, sale amándose. Los pasillos de vegetación se abren al cruzar la puerta, son como soldados en formación que esperan grandes honores, y al caer el sol, su belleza se multiplica. Quien ha tenido la suerte de conocerlo habrá visto que hay una fuente de piedra en un lateral junto a la entrada de donde sale un chorrito de agua que queda estancada en la pila y poco a poco va resbalando por el granito hasta el suelo. Sí, es bonita, pero no siempre ha estado ahí. ¿Cómo llegó hasta ahí? Os lo contaré…

Hace mucho tiempo en un lugar muy lejano, vivía una chica como nunca ha existido. Tenía la piel suave y un pelo negro caía hasta sus hombros. Una mirada que era tan bonita como una noche estrellada y su sonrisa era tan perfecta y tan clara como el agua cristalina de un arroyo en una radiante y soleada mañana de verano. Era una mujer bella e inteligente, muy inteligente.

Lejos de donde vivía la chica, en la ciudad de Salamanca vivía un solitario poeta poco conocido.

Sucedió una noche de enero, los dos se hallaban en la misma cafetería, el chico había dejado aquella mañana Salamanca para probar suerte en una editorial madrileña con la que había quedado para presentarle su libro que, por supuesto, no lo aceptó. No sabemos si fue el destino o el azar el que hizo que, debido al barullo de gente que había en el bar, ambos jóvenes compartieran mesa. Y cuando sus miradas se cruzaron, se entabló una conversación que hizo romper los esquemas de los dos chicos.

El chico le contó que había ido a Madrid a probar suerte de nuevo y como era costumbre, no había hecho nada así que decidió dedicar el borrador del libro a esa chica que había compartido la mesa con él junto a su número de teléfono y su correo.

A ella le encantó el libro.

De aquella cafetería, ninguno salió con las manos vacías, pues habían encontrado el uno en el otro algo que jamás habían tenido. El día a día, sus conversaciones, fueron forjando una profunda amistad y el poeta se enamoró.

Un día decidieron dar un paseo juntos, en ese paseo, él se declaró. Quedó claro que le regalaría el mayor regalo que una persona puede hacer a otra: el corazón. La chica, sin saber que decir, siguió paseando porque, aunque sentía algo, no tenía bien claro qué podría ser.

Pasó el tiempo, seguía escribiendo poesía, pero ya no le interesaba llevarla de editorial en editorial. Le habían llamado poeta fracasado y no le había afectado. Él seguía escribiendo los poemas más bellos y ella, los devoraba uno tras otro.

Llegó el día en que fueron a dar un paseo por el Huerto de Calixto y Melibea, aunque la chica seguía sin dar rienda suelta a su corazón, la luz de sus ojos declaraba sus sentimientos hacia él, y justo en un lateral del jardín, se miraron fijamente a los ojos. Ambos lo comprendieron. Los dos se comunicaron con sólo una mirada. Lo sabían. Lo deseaban. Y, finalmente, lo hicieron. Los labios del chico se pegaron despacito a los de la chica. El tiempo se detuvo. El mundo dejó de girar. La gente del planeta se quedó muda. En ese momento sólo existían tres personas: Ella, él y ellos. Nadie más.

Fue entonces cuando la chica se empezó a derretir, por sus mejillas corrían ríos de emoción. Era feliz. Pero debía irse.

Volvió a su casa dejando allí a su amor esperando a que volviera. El poeta construyó una fuente donde fue besado por la mujer amada. La chica se había convertido en agua.

Desde entonces, un poeta fracasado va a escribir sus poesías al lado de esa fuente sin intentar siquiera darse a conocer. Todo lo que escribe lo guarda para él. ¿Para él? No, no solo para él. Lejos de allí, hay una chica de cabello negro que continúa devorando los poemas esperando a que ese beso se repita de nuevo.

1 comentario:

Ana dijo...

Ohhhhh!!!!!! qué historia más bonita javito. Oye, me tienes que presentar a esa chica tan peculiar, guapa e inteligente de la que hablas eh? Apuesto que no existe, no puede ser real!!! see you soon, my captain...