En lo más alto brilla la luciérnaga
con sus alas abiertas a la noche
que calló sobre el cielo de tu boca.
Dos leones cachondos que maúllan
excitados contemplan la luciérnaga
en el más hondo pozo del desierto
entre los árboles del bosque negro
de kilométricos problemas tristes
que separan tu boca de mi abrazo.
Luna lunera, acristalada en oros,
de ojos marrones y mirada cálida
al borde de un abismo espero y rezo
al dios de Nietzsche, ateo muy devoto
que en el Altar jugó con Dios al mus.
Luna lunera, esperando sigo
a que tu voz rompa el silencio inmenso
en el que nos sumimos día a día.
Luna lunera, bella luna azul
que sobre un cielo acuchillado
renaces cada noche para verme
sonreír, bella luna, luna azul.
Luna lunera, apasionada dama
que cada noche con los lobos baila
en el mar, bella luna, luna azul.
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