Se conocieron un año atrás,
ella pidió un chico decente,
él se presentó.
El día a día fraguó la amistad
y el pobre muchacho se fue a enamorar.
Se vieron un día
y él no lo pudo aguantar
y de un golpe seco
se arrancó el corazón.
Se lo dio para ella
con la condición
de que nunca jamás lo dejara romper.
Un año ha pasado desde que apareció
y ahora el chico no es solo
el que se enamoró.
Hoy te vas a la cama deseando mis labios.
Hoy me voy a dormir soñando que te los doy.
Hoy no podré dormir solo en mi cama
pues sé que al lado, en tu cama, estarás tú
Y en la noche pasearían
sin decir a nadie
el lugar adonde van.
Y entonces…
cuando por fin a solas estuvieron,
ocurrió el milagro.
Cuando los labios juntaron
juntos en un rincón,
ella se derritió
y en agua se transformó.
Y el chico… la siguió sin vacilación.
Sabían que los dos eran felices
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